Próximamente, en La Exprimidora... empezaremos el especiario.
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Si algo positivo ha traído a nuestras vidas la moda de convertir un gin tonic en una macedonia es que hemos abierto la puerta de nuestras casas (y de nuestras cocinas) a algunas especias hasta la fecha desconocidas para el resto de los mortales.Quien más y quien menos tiene ya en casa unas vainas de cardamomo o pimienta rosa para hacer premium su combinado de sábado noche. También la llegada de inmigrantes y la apertura de sus tiendas de alimentación ha enriquecido mucho nuestras despensas. Todo un logro en una sociedad en la que el ajo, el perejil y el pimentón son la santísima trinidad de nuestros platos.